domingo, 7 de noviembre de 2010

El retorno del hombre lobo

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Las incursiones de las vampiras se suceden, Mircalla cae víctima de ellas y se convierte en un vampira más. Waldemar y Karin también están a punto de sufrir su mordedura en varias ocasiones, pero el poder de la Cruz de Mayenza logra salvarlos. En la siguiente noche de plenilunio tiene lugar la batalla definitiva: Daninsky acaba con todas las vampiras y su alma alcanza el descanso definitvo cuando la enamorada Karin clava en su corazón el filo de plata de la Cruz de Mayenza.
Para varios críticos y amantes del género, EL RETORNO DEL HOMBRE LOBO es la película más destacada de todo el ciclo del licántropo interpretado por Paul Naschy, y quizás no les falte razón. En primer lugar, el diseño de producción es bastante más cuidadoso que en otros filmes y, en segundo lugar, el guión es, cuando menos, inteligible (algo que no ocurre en todas sus predecesoras, recuérdese la inmunda LA FURIA DEL HOMBRE LOBO); pero, evidentemente, esto no quiere decir que no haya elementos chocantes, cuando no totalmente increíbles. Aunque el fantástico sea un género para dejar volar la imaginación, es recomendable que haya un punto de verosimilitud, algo que aquí no siempre ocurre.retornolobo7.jpg (9108 bytes)
Veámoslo:

1.- Erika confiesa a su profesor antes de asesinarlo que cree saber dónde se encuentran las tumbas de la condesa Bathory y de Waldemar Daninsky, cuya localización, según parece, era un gran secreto. Pero los ladrones de tumbas (y Mircalla) conocían su ubicación y en la posada de los Cárpatos avisan a las antropólogas que no se dirijan allí. ¡Pues vaya secreto!

2.- ¿De dónde ha sacado Waldemar ese castillo en el que vive (recordémoslo, cuatrocientos años después de su ejecución), con habitaciones, camas, mesas, chimenea, armaduras, etc.? Además en una escena Daninsky dice a las jóvenes: "me gustaría ofrecerles más comodidades, pero este viejo castillo es lo único que poseo", y lo dice ante una mesa con candelabros y cristalería impecables, frente a una suculenta cena y en una sala con suntuosos tapices y paredes recién pintadas.

3.- ¿Qué hacía Mircalla (el nombre de la criada es una muestra más de la acumulación de referencias en el cine de Naschy) junto a la tumba de Waldemar cuándo éste resucita? ¿Iba todos los días a ver si algún ladrón de tumbas pasaba por allí y lo revivía? ¿Y por qué se convierte en sirviente del licántropo?

4.- Las tres actrices protagonistas son lo menos parecido a doctoras en antropología que se pueda imaginar. Aunque dicen que llevan muchos años de investigación científica, ninguna parece tener mucho más de veinte años, pero, eso sí, son muy monas y están muy guapas en bañador, en camisón y con los pechos al aire. En defensa de Naschy hemos de recordar que también las películas clásicas de ciencia ficción solía aparecer una jovencita (que acababa enamorándose del protagonista) que casi siempre era la hija del científico (bueno) de turno, pero también una experta científica que sabía casi tanto como su padre.

5.- ¿Por qué la mordedura del licántropo es letal para los vampiros? ¿Y por qué la condesa Bathory al morir se convierte en cenizas y Daninsky tan sólo recupera el aspecto humano? ¿No tienen acaso ambos más de 500 años de edad?

retornolobo8.jpg (7471 bytes)Y podríamos seguir con otras cuestiones que resultan incongruentes o simplemente inexplicables, algo demasiado frecuente en los guiones firmados por Jacinto Molina; pero, al menos, el de esta película tiene una progresión dramática coherente; los personajes, aunque arquetípicos, están bien perfilados y el acabado formal del filme no da la impresión de precipitación en el rodaje, que es una lacra de la que adolece mucho cine español del género fantástico.
Acabaremos diciendo que Naschy afirma que la película tiene el cromatismo de los cuadros de Brueghel (algo que, a pesar de ser desde siempre admiradores de su pintura, no supimos apreciar) y destacaremos que en las paredes de la habitación del viejo profesor se puede ver un retrato de Waldemar Daninsky entre los de Vlad Tepes y la (verdadera) condesa Bathory. ¿Nos quiere decir Naschy, con su inmodestia habitual, que su licántropo ha alcanzado en la imaginería del terror el nivel de esos dos personajes?

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