




un oscuro pasadizo repleto de malos recuerdos.... y obras olvidadas...
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Aquí entra la que es considerada la primera filmación surrealista: "Un perro andaluz". Este corto, de imágenes aparentemente inconexas, fue firmado por Luis Buñuel, en colaboración de su amigo Salvador Dalí. En la cinta no se observa ningún perro y, que se sepa, tampoco ningún andaluz, es más se desarrolla en un espacio desconocido, no imprime ninguna connotación personal a los protagonistas y tampoco ningún dato que nos muestre el tiempo en que se desarrolla. He aquí otra de las bazas con las que juega: no hay tiempo, hay saltos, zancadas abismales en las que no se intenta ver a donde ha ido uno a parar, por ejemplo, el protagonista vuelve a la infancia sin cambiar en apariencia cuando es castigado con cargar los brazos con libros. las imágenes aparecen como en los sueños: inconexas, representando miedos interiores, paisajes imposibles y evocaciones sexuales, en fin, pulsiones freudianas.
Así bien dijo Buñuel que esta mirada loca nació de la confluencia de dos sueños, uno suyo y otro de Dalí, una cuchilla de afeitar que corta un ojo y una mano llena de hormigas, respectivamente. Si bien la filmación dura bastante poco (como la fase REM de los sueños) no son pocas las imágenes que se quedan grabadas en nuestro subconsciente:
- Un señor afila una navaja y observa la luna llena.
- Las nubes tapan la luna. La navaja se hunde en el ojo de una mujer.
- Un personaje de aspecto andrógino es atropellado por un coche y otro, después de observar la desgracia, agrede sexualmente a una mujer.
- Dos curas (uno de ellos es Dalí) aparecen atados a un piano sobre el que descansan dos burros putrefactos.
- Después de un paseo por la playa, dos amantes aparecen semienterrados en la arena, cubiertos de insectos.
Estas y otras escenas hacen que esta película se vea entre el asombro y la carcajada, teniendo siempre en mente una pregunta: "pero... ¿qué estoy viendo?". Es que no hace falta dotar de racionalismo a las imágenes, tan sólo hay que dejarse llevar, esperar que afloren los sentimientos y, una vez visionada la película, olvidarla, si es que uno puede.
¿Qué hay de surrealismo en las imágenes? En primer lugar se observa la constante metamorfosis de los objetos, un cambio de estado, lugar y forma (recuérdense los famosos blandos relojes de la obra de Dalí "La persistencia de la memoria"). En la película: un hombre encuentra el vello de una axila suya en lugar de su boca. ¿Qué más? Las relaciones, las simbiosis, las continuas catarsis: así, la luna se convierte en ojo y una nube en navaja que corta la luna.
Tim Burton es otro director bizarro, pero infinitamente más talentoso que Edward Wood. Lo suyo es el gusto por lo macabro y el humor negro, y el afecto por los personajes marginados que se transforman en héroes impensados. Pero más allá de sus quilates artísticos, Burton no es un director comercialmente exitoso: con la excepción de Batman, los filmes de Pee Wee Herman y algún otro título como La Leyenda de Sleepy Hollow, sus proyectos terminan por hundirse en la taquilla si bien son aclamados por la crítica. Para la mentalidad pasatista del público americano, Burton es demasiado intelectual. En todo caso, lo que ha hecho Burton ha sido obtener fortuna de sus proyectos comerciales para financiar y presionar a los estudios a que le den luz verde a obras más personales. En definitiva, es un director de culto.