lunes, 20 de septiembre de 2010

Godzilla Final wars






La Tierra ha creado la Fuerza de Defensa Terrestre, cuyo brazo operativo se conoce como la Organización M, y está compuesta por mutantes. Ellos forman un ejército de avanzada tecnología que mantiene al planeta libre de los monstruos, y han logrado combatir a Godzila, que se encuentra atrapado en una tumba de hielo en la Antártida. Pero súbitamente comienzan a aparecer monstruos por todas las ciudades del planeta, y la Organización M se encuentra desbordada. Entre tanto, científicos de la organización descubren los restos de Gigan, y deducen que se trata de una criatura de otro planeta, que contiene el mismo componente genético de los mutantes. Entre el hallazgo y la guerra sin cuartel, hacen su presencia una raza de alienígenas conocidos como los Xilianos, que capturan a los monstruos y advierten a los terrestres sobre una nueva amenaza, la de un planeta errante que colisionará con la Tierra en cuestión de horas, a menos que el mundo entero dispare todas sus armas contra el mismo antes del impacto. La gente festeja el caudal de buenas nuevas, sin advertir que en realidad es toda una treta de los Xilianos para desarmar el poderío militar de los terrícolas, e invadirlos con el menor esfuerzo. A su vez, los Xilianos han comenzado a reemplazar figuras en el poder político con réplicas. Pero cuando la verdad es descubierta, los alienígenas activan un control total sobre los mutantes y desatan nuevamente a los monstruos. Sin otros recursos para defenderse, los miembros restantes de la Organización M se montan en el submarino volador Gotengo, y se dirigen a liberar a Godzila, el único monstruo no controlado por los Xilianos, y la última posibilidad de salvar al planeta.

Godzila no es cine arte, pero en general es una fuente espectacular de entretenimiento. Es una serie que se inició en 1954 como una suerte de amarga reflexión sobre el bombardeo atómico de 1945, pero después perdió esa formalidad hasta transformarse en un show de masas adolescente. Con el correr de los años, la serie fue perdiendo brillo, llegando al límite de los ridículo con Godzila Vs Megalon en 1973. Lo cual es decir demasiado para un film basado en personas enfundadas en trajes de goma y destrozando maquetas de cartón. Pero si bien es cierto que cinematográficamente los filmes de Godzila son bizarros, en su gran mayoría resultan ampliamente entretenidos. Ha generado una gran masa de seguidores más allá de su Japón natal, son filmes aptos para toda la familia, y - si bien gran parte de sus argumentos son delirantes - realizan una serie de rutinas que resultan satisfactorias para la mayoría de los espectadores. Es cine catástrofe sin sangre y sin malos actores ni terribles diálogos.

En general, la evolución de Godzila tiene que ver con las épocas y los creativos detrás de cámaras. En un momento siguió a toda una corriente de monstruos sesentistas como una sci fi clase B - que nunca Como el film fue producido para el 50 aniversario de la serie, hay cameos de todo estilo, desde Mothra hasta Gigan, pasando por el infame hijo de Godzila - Minya - que, al menos, no posee una participación de trascendencia. Es prácticamente un catálogo de todos los stars de la Toho de estos 50 años, incluyendo - de manera delirante - al Godzila de Emmerich, que es despachado en dos segundos y sin pena ni gloria por el original, como un gran chiste privado a los seguidores de la serie. Godzila es realmente expeditivo y empieza a liquidar monstruos, uno tras otro. Con la novedad de que los efectos y los sets han sido realmente cuidados. El traje ha sido rediseñado con gran estilo, y le da un aire mucho más feroz al gigante, además de que proporcionalmente se ve más enorme que nunca. Muchos de los monstruos son CGI - el Godzila 98, p.ej. - y son los primeros en pasar a mejor vida, en una decisión expeditiva para continuar las secuencias con el clásico suitemation. Pero el despliegue es grandioso, con infinidad de efectos especiales realmente cuidados - los rayos de los monstruos, los combates de las naves; la secuencia en donde Gigan vuela sobre Nueva York y el batir de sus alas destroza los vidrios de los rascacielos es simplemente genial -, y en excepcionales ocasiones se notan las maquetas. Además que Kitamura filma con gran destreza - la cámara tiembla con las pisadas de los monstruos, las explosiones se suceden al paso de los mismos, y los combates son dirigidos con gran energía -. Incluso en una secuencia donde los mutantes, a pie, combaten con Ebirah, la langosta gigante, se nota realmente el virtuosismo del director con las cámaras. Es ciertamente un film pensado para los fans, con Godzila en pose con el monte Fuji de fondo, y el uso de escenarios de otros filmes que se convierten en guiños para especialistas - el combate con King Sesar, el puerco espín y la avispa gigante está seteado en un valle similar al que aparecía en la Godzilla original de 1954 -. Desde el vamos, con la presentación - donde se muestran secuencias de todos los filmes de la serie - se anticipa el gran homenaje y espectáculo que vamos a presenciar. Y si bien este sería el último film de la saga - Toho anunció que por 7 años no realizaría otro film de Godzila -, uno intuye que esas esperas pueden acortarse gracias al clamor popular. Los fans de todo el mundo han mantenido viva la serie aún en sus peores épocas, escribiendo cartas a la Toho, aportando ideas. Y resulta lógico, especialmente si el producto es un espectáculo de tan buena calidad como Godzilla: Final Wars. No tendrá demasiado cerebro, pero posee un envidiable grado de entretenimiento, ritmo y acción, que muchísimos de los filmes americanos de hoy en día envidiarían.

dejó de serlo -, después se probó como espectáculo infantil, y alrededor de los 80 se intentó recuperar cierta dignidad con remakes camufladas. Pero ya para esa altura, Godzila era fenómeno de culto. El tema es ver qué se puede contar - que resulte fresco - después de 28 filmes y 50 años en pantalla.

Salvando el lapsus de la desastrosa versión 98 americana, Godzila regresa a Japón en el nuevo mileno con la Toho timoneando la excelente Godzilla 2000. Es una nueva etapa del personaje. Resulta claro que, avecinándose el siglo XXI, hay que encontrar nuevos rumbos para el gigante verde. Y creo que la Toho lo ha encontrado, dando cierto aire comic a la serie. Hay guiones más evolucionados, mejor desarrollo de personajes, y no se trata simplemente de correr y señalar al monstruo, sino que hay una trama más elaborada. Eso no quita que se reciclen temas de filmes anteriores, pero decididamente los últimos filmes de Godzila mezclan elementos tanto del Cyberpunk como del Manga, cuando no tomando cosas de la cinematografía americana. Además, son filmes realizados con mejor presupuesto, con cuidadas puestas en escena y con efectos especiales profesionales. Si Godzilla 2000 era un gran relanzamiento de la serie, Godzilla : Final Wars es (dentro del limitado conocimiento de la saga que posee quien escribe estas lineas, debido principalmente a la ausencia de videos del género en estas pampas) el clímax de esta última etapa.



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