En la bahía de Taganoura extrañas criaturas mutantes son capturadas por los pescadores. El análisis del Dr. Yano demuestra que son hibridos entre el mundo animal y mineral. Estas criaturas tienen el don de unirse y crear un animal enorme, al que terminan por llamar Hedorah. Como mutación originada por la polución, Hedorah crece a medida que se alimenta de smog y residuos tóxicos. No pasa mucho tiempo antes que el monstruo comience a asolar la zona. Pero aparece Godzilla, y muy pronto los monstruos chocan en combate. El aliento radiactivo de Godzilla parece inútil para dañar a Hedorah, quien desata una matanza debido a rociar la zona con emanaciones de acido sulfúrico.
Pero si una analiza en profundidad, en realidad Godzilla vs Hedorah es una remake del Godzilla 1954. La bomba atómica pasó a ser la polución, el lugar de Godzilla lo toma Hedorah, y si se quiere, Godzilla pasa a ser un seudo Dios defensor del Japón (o un equivalente animado de la bomba de oxígeno; la única arma que puede detener a la nueva criatura). Esto no quita que haya momentos bobos, como Godzilla volando de espaldas impulsado por su aliento radiactivo, pero el 90% del filme se toma bastante en serio a sí mismo y consigue sus momentos. Prefiero un film así antes que cualquier idiotez de Fukuda.
Entre los directores que se alternaron en la era post Honda, cabe destacar a Yoshimitsu Banno. Es realmente difícil calificar a Banno por Godzilla vs Hedorah - es su única entrada en la serie hasta la rehabilitación que le llegaría en el presente año, con la versión próxima a filmar del gigante verde para IMAX -. El hombre tiene ideas, es novedoso, y el film es mucho más potable que entradas anteriores y posteriores de la saga. Pero a su vez es un filme extremadamente bizarro: por momentos se dirige al público infantil con un mensaje ecologista, y por otro lado es increíblemente violento, con matanzas en serie, heridas y quemaduras expuestas de modo bien gráfico. Es una impresionante bolsa de gatos.
Es un filme de Godzilla bastante diferente al habitual. Hay una investigación científica, hay cierto suspenso en descubrir al nuevo monstruo, y de hecho la criatura tiene unas cuantas particularidades que le dan una personalidad bastante fuerte. Estéticamente el bicho está horriblemente diseñado - es una gigantesca alfombra negra, y pareciera que quienes diseñan los trajes se hubieran tomado unas copas de más la noche anterior -, lo cual es una lástima porque un traje más atemorizante hubiera sido memorable. Y esto se debe a que las apariciones del monstruo tienen su impacto - aún para un filme de Godzilla -: las partes que se desprenden de su cuerpo toman vida, es extremadamente tóxico al contacto, y produce unas emanaciones de ácido sulfúrico que queman horriblemente a la gente. Incluso en una de sus primeras escenas se sube encima de una fábrica y comienza a absorber el humo negro de las chimeneas. Si no fuera por su apariencia idiota y su falta de movilidad, sería un villano memorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario