Tras un fuerte temporal, un gigantesco huevo aparece en las costas del Japón. El empresario Kumayama adquiere el huevo a los lugareños con tal de crear un lugar turístico en torno a él y obtener grandes réditos. Pero la fotógrafa Junka y el periodista Sakai unen fuerzas con el profesor Miura para que el descubrimiento quede en manos de la comunidad científica. Agotadas las tratativas, son contactados por un par de minúsculas gemelas que dicen ser las enviadas de Mothra, la deidad de una isla lejana y a la cual le pertenece el huevo. Ellas les advierten que ocurrirán grandes desastres si el mismo no es regresado a la isla. Pero en el medio de estos acontecimientos Godzilla ha aparecido en la ciudad, provocando un rastro de destrucción. Con los fútiles esfuerzos de la milicia para detener a Godzilla, la única esperanza de Japón reside en Mothra, la polilla gigante.
El elenco es anónimo (mayormente salido del anterior hit de la Toho Atragon) y desaparece cuando las criaturas comienzan a los tortazos. Las peleas están más que ok, aunque por momentos - y es raro que yo diga esto - pareciera que el film es demasiado largo y se engolosina de más con los combates. Por suerte Honda intercala un par de escenas con sentido de la urgencia como para darle ritmo - en especial el rescate de los niños de la isla mientras Godzilla se dirige directo hacia ellos -, pero sobran de todos modos unos minutos de metraje que deberían haber quedado en el cuarto de edición.
Una entrada sólida en la saga milenaria de la Toho, con Ishiro Honda manteniendo todo el esplendor de su talento. Y sin dudas una película indispensable para todos los fans del kaiju eiga.
Mothra vs Godzilla es una muy buena entrada en la serie, si bien no es una de las más brillantes. Todo el escenario inicial bordea lo ridículo, especialmente con la idea de los empresarios para hacerse millonarios a costa del huevo gigante de Mothra. Además las interpretaciones cómicas no ayudan, pero como suele suceder en las entradas de la saga, poco a poco los actores se van diluyendo en el film para dejar paso a las estrellas que son los monstruos gigantes.
Inoshiro Honda vuelve a demostrar que es el hombre adecuado para filmar a Godzilla. Si bien el argumento puede ser algo flojo, la aparición inicial del gigante verde - emergiendo entre las arenas de la playa - es sencillamente espectacular y debe ser una de las mejores de la saga. Pareciera que por momentos Honda tendiera a recrear muchas de las escenas del original de 1954, esta vez en colores y con mejor presupuesto - los planos en gran profundidad con el monstruo deshaciendo la ciudad; la caída de otra torre mirador; las apariciones tras los cerros -, las cuales se terminan viendo muy bien.
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