El ataud del vampiro

Lamentablemente, el éxito de la película, El VAMPIRO, hizo que al año siguiente se rodara una continuación, EL ATAÚD DEL VAMPIRO, muy inferior a su precedente. El conde Lavud resucita en el depósito de cadáveres de un hospital y vuelve a las andadas. Si les digo que en esta cinta aparecen un científico loco y un museo de cera convendrán conmigo que todo intento de originalidad quedó eliminado en aras de la búsqueda de un rendimiento económico inmediato. Además, pesado lastre del cine fantástico (y no fantástico) mexicano del período, hay unos números musicales de ínfima categoría que sólo hacen que perjudicar más el ya de por sí endeble argumento.

Pero destaquemos, eso sí, el hecho novedoso de que el conde es destruido con una lanza cuando todavía está metamorfoseado en murciélago. Una conclusión original para un filme vulgar, con demasiados elementos cómicos y que dio al traste con un personaje, el conde Lavud, que merecía mejor suerte tras su impresionante aparición en la anterior película. Una pena.